En Tailandia, en el Zoológico Sriracha, una tigresa estaba preñada, pero pasó mal, y dio a luz tres pequeños tigres prematuros, de muy bajo peso. A los pocos días murieron y la mamá ya no fue la misma.
Varios veterinarios la examinaron, todos coincidían que lo que tenía la tigresa era depresión por causa del mal embarazo y la posterior muerte de sus cachorros.
Pero no encontraban el remedio adecuado, para curar la depresión de la tigresa.
A partir de ese momento, comenzaron a realizar una campaña para buscar un cachorro de tigre, para que ella lo criara y la ayudara a salir de la depresión. Se comenzó con los contactos a distintas partes, pero en ningún lado había una cría pequeña disponible para la tigresa.
Fueron tantos los contactos y las reuniones para solucionar el problema, que alguien sugirió la idea de, madres sustitutas.
Ya se ha visto a madres, que crían animales de otras especies. Después de tener el consenso sobre el tema, había que encontrar a los hijos sustitutos, que se parecieran en algo a sus hijos. Pero surgió otro problema, no encontraron ningún cachorro de esa edad parecido a los pequeños tigres.
Lo único que se pudo conseguir fueron cinco cochinillos, pero había otro problema que vencer, no se parecían a sus hijos.
A los cochinillos, les fabricaron una ropa similar a la piel de los tigres y fue así que la tigresa los aceptó como verdaderos hijos.
Con mirar las fotos, no se precisan más palabras.
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