Los Reptiles y Anfibios

Los Reptiles y Anfibios

Orígenes y Desarrollo

Los reptiles nacen en la era terciaria, en el triásico inferior. Tanto los lagartos como las serpientes, tienen un origen común: los Tricodontes, es decir reptiles bípedos. Más tarde, hace 200 millones de años, específicamente en el período Cenozoico, se conformaron como los conocemos hoy en día.

El Tricodonte era un animal similar al avestruz. Muchos de los reptiles de la actualidad conservan aún la costumbre ancestral de huir corriendo en dos patas, como por ejemplo el lagarto Tupinambir, cuando se siente perseguido.

Los Ofidios poseen un sinnúmero de costillas, cada uno de ellos tiene diferente cantidad de pares, que no están unidas en el esternón como en los mamíferos, esto les permite tragar presas de gran volumen, hasta tres veces su propio cuerpo, debido a que sus placas no están soldadas, esto le da la oportunidad de separarlas y distenderse tanto como la piel se lo permita.

En cuanto al esqueleto, la cabeza es digna de hacer mención. A pesar de ser pequeña, debido a que sus huesos no están pegados, es la característica que los destacan ya que les permite tragar piezas tan grandes. Los maxilares están unidos entre sí por un hueso cuadrado, elástico y cartilaginoso que lo ayuda en la apertura bucal.

Por otra parte, estos reptiles, tienen un sólo pulmón (el otro está atrofiado), que se comunica directamente con la glotis. Esta suele verse como un tubito en el maxilar inferior, donde saca la lengua cuando abre la boca, lo que hace que pueda deglutir una pieza voluminosa sin asfixiarse.

Su dentadura no es masticatoria y sus dientes no están implantados en los maxilares como en los mamíferos. Todos los dientes son renovados periódicamente aún los venenosos: si se le extrae un diente, al cabo de dos horas aproximadamente, tendrá un nuevo juego en la mucosa, que irrumpe en poco tiempo poniendo en funcionamiento el aparato venenoso nuevamente. Los reptiles también pueden clasificarse por las características que presentan sus dientes a saber: Aglifos, con dientes sin surco, por el que puedan emitir ponzoña; Opistoglifos, con dientes posteriores con un pequeño surco posterior que emite veneno que paraliza la presa o la intoxica y, aunque no es venenoso en el hombre puede producir edemas locales, mareos y según el grado alérgico puede inflamar el miembro mordido; Proteroglifos, como las corales o Micrurus, con dientes delanteros erectos y canal abierto, que no se pliegan hasta adentro de la mucosa cono los Solenoglifos que tienen el aparato venenoso muy especializado, prácticamente como una inyección hipodérmica (el conducto circula por dentro del diente), por lo que el veneno fluye por la corriente sanguínea de la víctima rápidamente y la presa muere a los pocos minutos.

En las serpientes, la lengua bísfida sirve para la olfación y el tacto. Toma partículas del medio con ella y toca su paladar donde está el órgano vomeronasal o de Jacobson, que le informa lo que tiene adelante. Gracias a éste órgano son capaces de diferenciar – un sapo de una tortuga rápidamente.

La mayoría de los reptiles son ovíparos, sin embargo también, los hay ovovivíparos, es decir que conservan sus huevos en su interior hasta que el embrión está desarrollado y a punto de nacer, cubierto con una ligera membrana. En los huevos embrionarios se puede observar tanto el ojo como la cabeza del nuevo ser en desarrollo.

En la era terciarias los reptiles lograron conquistar la tierra, evolucionando al independizarse definitivamente del agua, como no lo pudieron hacer ni los peces ni los anfibios. Crearon una entidad que les permitió tener sus crías fuera del agua, aunque siempre necesitando de lugares húmedos ya que los huevos son muy porosos.

Su cuerpo está recubierto por una piel que les permite contener la evaporación excesiva y esto los ayuda al tener que habitar lugares desérticos.

Aunque es poco conocido, muchas especies de reptiles resultan beneficiosas al incluir en su alimentación ratas, y víboras muy ponzoñosas; por eso es muy importante alejar la creencia de que todas las serpientes son venenosas. Matarlas indiscriminadamente, no beneficia su desarrollo en la tierra y resultaría muy importante, para los pobladores de lugares en donde las serpientes tienen su hábitat habitual, la identificación correcta de la población ofidia. Entre los ofidios que se matan por falso temor, están las Clelias o Mussuranas negro-brillantes, con manchas blancas de un largo de 1,5 metros, que se las depreda por creer que traen mala suerte. Se alimentan de Bothrops y de Crotalus como las boas.

Es importantísimo clasificarlas e identificarlas correctamente debido a la peligrosidad del veneno de la Bothrops ya que ésta posee en su composición componentes necrosantes, algunos de los cuales son neurotóxicos, es decir que pueden producir necrosis de tejidos, lesionar el sistema nervioso central con pérdida de la actividad de a masa encefálica y muerte o vida vegetativa.

Una de las víboras venenosas mas comunes es la Bothrops amnodytoides que vive en zonas desérticas y es el animal venenoso que mas austral llega. En él podemos observar un hocico muy respingado y ante la presencia de peligro se enrosca y hace vibrar la cola contra el suelo en señal de advertencia, algo muy característico en este género de víboras.

Hay que tener muy en cuenta qué hacer a la hora de ser atacado y picado por una serpiente venenosa. Muchas personas mordidas por la Bothrops, se hacen tajos o queman el lugar afectado sin saber que esto agrava el estado de la víctima. Cuando una persona es mordida, el veneno inoculado corre tan rápidamente por vía sanguínea que la víctima al querer realizar algo que lo ayude no se da cuenta que ya el veneno se encuentra distribuyéndose por todo el sistema y es imposible detenerlo. Lo usual es tranquilizar al mordido, no darle bebidas alcohólicas y no dejar que el enfermo se agite, ya que al hacerlo el veneno correrá con más rapidez por el torrente sanguíneo habiendo menos oportunidades de salvación. El animar debe ser, en lo posible, sacrificado y dirigirse con él a la unidad correspondiente para que luego de reconocido pueda suministrarse al herido el suero correspondiente: antibothropico, anticrotálico, etc.

Las corales (Micrurus) difícilmente pican aunque ya existe en el mercado un suero específico contra su veneno.

Otra serpiente común es la Phylodria, muy buena para tener en cautiverio. Comen ratones, pájaros y todo tipo de animales de sangre caliente.

A la hora de adquirir un ejemplar de serpiente, hay que estar muy pendiente porque muchas veces se ofrecen crías de especies que no lo son. Muchas culebras se alimentan de moluscos a los que les perforan el caparazón y lo succionan hasta dejarlos vacíos, como los Psibrilomorfos y Tomodones. Además hay que conocer muy bien su género y especie, grado de peligrosidad y hábitos alimenticios, pues la mayoría necesitan matar a sus presas para poder comerlas. Por otra parte cada especie tiene un gusto especial que le es característico a cada especie.

La Pseudabable, por ejemplo, es totalmente verde, come arácnidos y puntas venenosas de escorpiones. El poseer 1 3 hileras de escamas los obliga a alimentarse solo de presas pequeñas.

El Leimadophis de color verde y a veces amarillo, se alimenta de peces y anfibios, los muy adaptados al cautiverio llegan a comer peces muertos, mojarras, renacuajos, y pequeñas ranitas. Hay que tratar de ofrecerle pocos sapos porque su secreción es tóxica, estas bufotoxinas provienen de las glándulas parótidas, que son pequeños granos sobre el lomo y por allí segregan una sustancia blanco lechosa. Esta sustancia se va depositando en el organismo de los reptiles que los consumen y al poco tiempo los mata, pues no se puede eliminar. Este ofidio tiene como característica que solo muerde cuando siente olor a peces.

Otro colúbrido común es Liophis, que es acuático y llega a tener un tamaño muy grande. No es agresivo. Come peces, es anfibiófago y algunos aseguran que come carne al encontrarse en cautiverio. La L. elegant solo existe en la zona de sierras, es negra y con manchas rojas.

Todos los ofidios antes mencionados, pueden mantenerse en cautiverio, salvo las Bothrops y las Phylodrias ya que son muy mordedoras y venenosas.

Una característica especial de las culebras es que pueden estar mucho tiempo sin consumir alimento. Sin embargo, si han pasado más del tiempo tolerable, aunque se le procure la comida adecuada para la especie, no comerán.

La Boa constrictor constrictor, o boa emperador, se diferencia de la boa lampalagua; en que es “constrictor constrictor occidentalis”, que es la mas común. Puede comerse un cerdo pequeño y existen referencias de bebes humanos. Una boa de 6 metros puede romperle las costillas a una persona, pues ella espera que la víctima espire el aire para reajustar los anillos, que hará que la misma ya no pueda inspirar nuevamente. La muerte de la víctima es por paro cardíaco o por asfixia. Otro ofidio netamente acuático es la Eunectes murinus o “anaconda”, que puede llegar a medir hasta 12 metros.

Las musuranas ofidiófagas (gro. Cloelia) pueden mantenerse sin problemas en cautiverio, siempre y cuando se les brinden roedores.

Las viperidae Bothrops, habitan cerca de las viviendas de los hombres ya que estos dejan residuos de alimentos en los alrededores, que atraerán a los roedores y estos a su vez a los ofidios.

Si queremos incubar los huevos de los reptiles se toma una bolsa plástica hermética y se le coloca viruta húmeda a temperatura ambiente. Para el caso de los ofidios, con la bolsa cerrada, sin abrirla se esperan 60 días.

Generalmente las hembras son más robustas que los machos y la cola que va desde la cloaca hasta la punta (extremo caudal), es mucho mas corta.

En las víboras venenosas, las placas del cuerpo se continúan en la cabeza. Los reptiles no venenosos tienen placas grandes aunque las corales son culebras con placas grandes, pero muy venenosas, excepción que muchas veces se da en el reino animal.

Las diferencias entre las corales falsas, no venenosas, y las verdaderas, es que si poseen anillos negros impares son verdaderas, si son pares es que son falsas.

En la época de cría, los machos usan la cola para enroscarla en la hembra, adosan cloaca con cloaca y exteriorizan 2 hemipenes semejantes a lóbulos espinosos con ganchos y el macho tiene contracciones rítmicas mientras se aparea.

La deposición de huevos, en las ovíparas; tiene lugar en sitios húmedos pues al ser muy porosos en lugares secos pueden deshidratarse. Los huevos recién puestos parecen racimos y con una cáscara elástica semejante al látex.

Las hembras no comen hasta que la oviposición tiene lugar, los machos no se alimentan durante los 10 ó 15 días antes del apareo.

En el período de apareamiento, muchos machos siguen a la hembra y se ven los famosos “nidos de víboras”. El ofidio sin embargo, es una animal que vive solo y sale de su cueva solo para comer o aparearse.

No conviene que el recinto que alberga a un ofidio posea un piso de arena porque con el agua que este debe contener, el animal se ensuciará fácilmente. Lo mejor es poner unos centímetros de viruta, pues mantendrá la temperatura constante y el mismo tiempo absorberá mejor las deyecciones.

Siempre que una persona esté transitando por un camino de serpientes es necesario utilizar botas altas y dar vuelta las piedras cuidadosamente de modo que se forme una pared hacia el observador, porque con su foseta loreal (órgano que capta infrarrojos), el ofidio hace una cuadrangulación perfecta para morder. Hay casos en que la que creemos Bothrops erra la mordida, si entonces el animal escapa, seguramente era una falsa Bothrops (Xenodon o Tomodon), que come roedores y es insectívora.


Agradecemos por el artículo al Director de la publicación Amigos Del Acuario Editada en Venezuela para latino América, España, ciudades de habla hispánica de Estados Unidos y ex colonias españolas de África

Enlaces externos

Asociación Acuariófila Argentina

Bressan Luis

Maniacotas

La enciclopedia Virtual de Bolsillo

Maniacotas Geográfica

Enciclopedia Animal –

Un comentario

11 06 2013
Reptiles y Anfibios | EnciclopediA Animal

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